Es complicado entender a Pedro Sánchez. De repente se viste con la bandera rojigualda en sus mítines y al poco tiempo sacrifica a cuatro senadores vírgenes de su partido para que la atildada cleptocracia de CiU y sus esbirros de Esquerra prostituyan el Senado con su verborrea antiespañola. Un día se levanta constitucionalista y al siguiente se acuesta con anticonstitucionalistas deseosos de romper España. Un día brava que nunca pactará con el populismo de Podemos, mirando con ojos de leguleyo a la cámara, y al siguiente dice que bueno, que qué le vamos a hacer, que habrá que pactar, aunque enfrente suyo tenga a un partido que pone como punto clave la "autodeterminación" de los "pueblos" de España. Perdón, de "Estepaís". Sic, sic y sic.
Lo que no sabemos, mirando incluso por el bien de los remeros, es si un birreme como el socialista puede mantenerse en calma con un capitán tan insólito. Quizás sea tiempo de otro capitán a bordo para no hacer zozobrar al país. No sé si nos explicamos. ¿Algún capitán Ahab con ganas de centrar el PSOE?
No hay comentarios:
Publicar un comentario