jueves, 8 de enero de 2015

Je suis Charlie


Pour la liberté de la presse. Pour la liberté d'expression. Pour la Démocratie. ‪#‎JeSuisCharlie‬
Comienza el nuevo año y el integrismo islámico sigue más vivo que nunca. La muerte de doce personas en el ataque contra el semanario Charlie Habdo es un punto y seguido en la larga lista de atrocidades cometidas en nombre de Alá durante los últimos años, y que tiene en el 11-S como punto de inflexión en el que la sociedad occidental comenzó a ser consciente, en menor medida, del peligro del fundamentalismo islámico. Han pasado catorce años desde los atentados contra las Torres Gemelas y el peligro del terrorismo islámico sigue latente en nuestra sociedad. A lo largo de la última década se han sucedido atrocidades en el nombre de Alá que nos han dejado con el alma en vilo: el secuestro de un centenar de niñas en Nigeria, la creación del Estado Islámico, sus decapitaciones televisadas, el éxodo de cristianos en Mosul... y un largo etcétera, sin olvidar, cómo no, los atentados en el corazón de nuestro propio país hace once años, aquel fatídico 11-M.

A pesar del creciente peligro del integrismo islámico, un alto porcentaje de nuestra sociedad sigue pensando que el problema es pasajero. Que son locos que un día se levantan y les da por matar a una docena de personas, como quien va al supermercado o a un partido de fútbol. Se equivocan. Nos equivocamos todos. El problema está dentro de nuestros propios países, porque a medida que salen a la luz los resultados de las investigaciones policiales, vemos que los terroristas son personas nacidas en el seno de Occidente. Musulmanes con nacionalidad española, francesa, belga, alemana... que viajan a Siria o Iraq para ser entrenados en milicias y regresan a nuestros países, a Occidente, a la cuna de las libertades individuales, de los Estados de derecho, de la Democracia, para atentar contra nuestro modo de convicencia. Contra nuestros principios, derechos y libertades más sólidos.

Tenemos que ser conscientes de que el atentado contra Charlie Habdo es un atentado contra el corazón de la libertad de expresión y de prensa, contra la voluntad individual de expresarse libremente en nuestros países, algo que no cuaja en los estándares del islamismo radical, donde la voluntad individual está supeditada a la religión. De que el atentado contra Charlie Habdo es una muestra más de la vileza del fanatismo, que crece mientras otros miran incrédulos que algo así pueda suceder en nuestros países, y de la necesidad de una unión de todos los demócratas, indistintamente de la ideología política y de la nacionalidad, para defender los principios que sustentan nuestras Democracias. De que el ataque a Charlie Habdo es la punta de iceberg de una guerra declarada de antemano y a la que hay que hacer frente entre todos, demostrando que no solo estamos unidos durante un día de luto, sino también para defender a nuestras familias de un integrismo que quiere destruir nuestro modelo de convivencia. Es hora de que la Unión Europea en su conjunto haga frente común contra el islamismo radical y cercene cualquier posible jaque a nuestras Democracias.

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