miércoles, 10 de diciembre de 2014

En defensa de Sergio Martín

Suelo ver de vez en cuando La noche en 24 horas, una tertulia nocturna de Televisión Española presentada por Sergio Martín y ahora en la picota de la actualidad por su reciente entrevista a Pablo Iglesias, líder de Podemos. Y aun a riesgo de que me tachen de neoliberal comeniños desde los soviets informativos del ente público, la razón de elegir este programa es muy sencilla: en La noche en 24 horas se escucha a los tertulianos. Sí, señoras y señores: a diferencia de debates y tertulias como Las mañanas de la Cuatro, Un tiempo nuevo de Telecinco, El cascabel o La marimorena de 13TV, en La noche en 24 horas se suele escuchar la opinión de los diferentes tertulianos con respeto desde las diferentes discrepancias ideológicas, dando la casualidad de que opinadores que en otros medios graznan e interrumpen a sus adversarios, en La noche en 24 horas se comportan con educación, sosegados y tranquilos, respetando los tiempos de los demás, cuando están  en La noche. Todo ello, bajo la dirección de Sergio Martín, a quien pretenden barrer del ente público por mostrarse conciso e hiriente con Pablo Iglesias.

Según el Consejo de Informativos de TVE, el tono que empleó Sergio Martín con Pablo Iglesias fue "mucho más agresivo que el habitual", en alusión al momento en el que el presentador insinuó que Iglesias podía estar de enhorabuena por la excarcelación de dos etarras. Después de ver la entrevista, creo que el revuelo mediático montado con la figura de Martín es excesivo, porque ni la forma ni el tono fueron insidiosos ni mucho menos hirientes. Pablo Iglesias se ha mostrado públicamente a favor de la reinserción de etarras, lo cual es muy "loable", y Martín aprovechó, cuanto menos, el momento de la excarcelación de Santi Potros y Plazaloa para inquirir a Iglesias. Debido a ello, no entiendo muy bien dónde está el problema. ¿Qué se supone que deben hacer los presentadores con Iglesias? ¿Deben tratarlo con loas, salvas y ayes a Iglesias en lugar de sonsacarle con sacacorchos su ideología oculta con una máscara de falsa socialdemocracia? ¿No usó acaso Sergio Martín un tono incisivo similar al de Ana Pastor en su penúltima entrevista a Iglesias en El objetivo?

El problema viene cuando la opinión pública utiliza un doble rasero para medir las cosas. Sergio Martín, a quien tengo visto en varias ediciones de La noche de Televisión Española, utiliza un tono similar con el resto de los invitados, especialmente cuando son políticos. Carlos Floriano, vicesecretario del Partido Popular, puede dar fe de ello cuando Martín le preguntó repetida y abruptamente por los casos Gürtel, Púnica y Bárcenas. Entonces, ¿a qué viene esa campaña de acoso y derribo contra Martín? ¿Por qué Televisión Española debe tratar a Pablo Iglesias con deferencia si los dirigentes políticos deben someterse siempr al escrutinio de los ciudadanos y de los medios de comunicación, tal y como reconoce el Consejo de Informativos? ¿Por qué se descontextualiza un breve momento de la entrevista y no se recalca el mensaje económico que propuso Pablo en el ente público? Y ya que estamos, ¿por qué en TVE hay que prescindir de economistas liberales como Juan Ramón Rallo?  

Sergio Martín es un buen periodista que dirige con profesionalidad una tertulia política sin parangón en la televisión nacional. Un espacio televisivo plural, con comunicadores que abarcan todo el espectro político, y en donde la cordialidad y el respeto mutuo son señas de identidad. En el otro extremo, están los patios de instituto que abundan en Cuatro, La Sexta y 13 TV, donde los contertulios parecen macacos en celo a punto de precipitarse por el peñón de Gibraltar en un frenesí apocalíptico. ¿Pudo surgir una mala expresión en un mal momento en su entrevista con Pablo Iglesias? Quizás si o quizás no. El tono y la forma que unos pretenden ofensivo otros lo pueden considerar inocuo.

En cualquier caso, hay que entender que, al fin y a la postre, todos somos humanos y cometemos errores. Pero lo que no se puede hacer es juzgar la carrera de un periodista por una sola frase. Y en ningún caso Sergio Martín merece el linchamiento mediático que sufre desde determinados sectores que piden su dimisión. Antes de pedir cabezas rodantes y llamar al carpintero para montar un auto de fe y quemar brujas, vean ustedes la dinámica del programa varias noches, con entrevistados de diferentes partidos políticos, y saquen sus propias conclusiones. No les vendría mal pensar por su propia cuenta y dejar de seguir a la marabunta podemista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario