lunes, 1 de diciembre de 2014

De Francisco Granados a Tania Sánchez

Francisco Granados era el número dos del Partido Popular en la Comunidad de Madrid. Solía pasearse por los platós de televisión hablando de cualquier tema, apoderado de una rabia visceral contra la corrupción, ora en el seno de su propio partido, ora en otras formaciones políticas. Agitaba con sorna su veintena de pulseras en la muñeca derecha y afirmaba que el que la hacía la tenía que pagar, y cosas por el estilo. Le preguntaban sobre el caso Bárcenas, sobre el clan Pujol, sobre Isabel Pantoja, sobre la ley de Hubble, y él contextualizaba, con una sempiterna sonrisa en los labios, diciendo lo que el público quería oir de un dirigente del PP. Que trabajaría enérgicamente contra la corrupción, que no había caja B en Génova, que todos al trullo o al paredón, que uy uy uy del que meta la mano en la caja, que voy y se la corto con un mandoble.

Un buen día un periódico desveló que Francisco Granados tenía una cuenta en Suiza. Patriota suizo aletargado, corrió vestido de guardia -suizo- a un plató de televisión y dijo que nones, que él no tenía nada que ocultar y empezó a sacar papeles. En un momento determinado, los lanzó todos al aire, gritó «¡confeti!», se subió a la mesa y bailó una polka. Pocos meses después, la Policía desveló el caso Púnica, arrestó a Granados y le cortaron el grifo suizo con un mandoblazo similar a los que él pregonaba. Ahora calza babuchas en una cárcel que años atrás inauguró. Como diría Esperanza Aguirre: «Me la han metido doblá».

En otro orden de cosas, Tania Sánchez es diputada por Izquierda Unida en la Comunidad de Madrid. Es conocida por ser tertuliana de debates televisivos de Telecinco y La Sexta, en los que atiza con una fusta a la casta capitalista y neoliberal, a quien acusa de estar corrompida desde sus cimientos. Es conocida su acalorada contrapasión por Eduardo Inda, periodista de El Mundo con porte de torero y tripolar de maneras firmes, con quien se exalta de tal modo que hasta el público del plató se mea en las bragas del miedo. Miedo everywhere.

Pero cuando un desconocido a los ojos del espectador precona limpieza democrática, siempre hay gente que revisita currículos y se destapa el pasado. Tania entró como asesora municipal de IU en Rivas de la mano de su padre, Raul Sánchez, quien vaga por el Ayuntamiento desde 1999. Entended que la limitación de mandatos se adscribe al PP-PSOE, no a la izquierda. Y siendo su padre concejal de Deportes y ella coordinadora, en abril de 2008, firmó un contrato con una empresa que contaba con un técnico de la misma concejalía como apoderado de esa misma empresa. Varios meses después, adjudicó otro contrato a una sociedad participada por su hermano. Adjudicaciones de contratos a la famiglia que ni siquiera han sentado bien en el seno de Izquierda Unida.

Meses después, mientras Francisco Granados gasta sus huesos en prisión, Tania Sánchez ha sido aupada como candidata de IU por la Comunidad de Madrid. Pero, ¿qué hubiera pasado si Tania fuese del Partido Popular y Paquito de Izquierda Unida? ¿Sería Francisco Granados aupado al number one de Madrid con dos cuenta en Suiza o saldría en masa la marabunta, dibujando columnas romanas, por las calles castizas? ¿Se discutiría la honorabilidad de Sor Tania por adjudicar contratos a la Famiglia? ¿Cuál sería el papel de los medios de comunicación en ambas situaciones? Establezcan ustedes comparativos, que haberlos haylos, querido Sancho.

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