El norte de Sudán es árabe e islámico: durante el siglo VII, el Islam se extendió a base de tortas allá donde pudo o le dejaron, aunque la pobreza del territorio nubio permitió sobrevivir a los cristianos, alojados hasta hoy en el sur. Los británicos mantuvieron ambos territorios separados, pero cuando la independencia llegó, en forma de un sólo país y sin estado federal que permitiese la autonomía del sur, se armó la marimorena. Y así hasta hoy. Durante la primera guerra civil, que mantuvo a tortas el norte y el sur durante diecisiete años, murieron medio millón de personas, y sólo once años después se volvió a liar parda. De 1983 hasta 2005, casi dos millones de personas murieron en el sur de Sudán y unos cuatro millones fueron desplazado. Darfur os suena, ¿verdad? Durante todo este tiempo, el gobierno de Khartoum llevó a cabo una limpieza étnica, o lo que es lo mismo, una de las palabras preferidas del progre español: genocidio. Amén del drama de los niños soldados...
Sólo en 2011 consiguió Sudán del Sur convertirse en estado independiente, con capital en Juba, y aún así sigue sufriendo los embates del norte y las milicias islámicas de los países vecinos. Creo que no os lo he dicho, pero Sudán del Sur es el único estado laico de la zona, rodeado de países islámicos donde la Sharia se impone. Sudán del Sur, de mayoría cristiana y animista, carece de recursos para defenderse, a pesar de su riqueza natural, ya que abundan los pozos petrolíferos.
Sudán del Sur vive en guerra constante, atacado por sus vecinos, sin poder defender a su población porque no tiene la capacidad militar que tiene Israel. Si la tuviese, estaríamos viendo a diario en las noticias a los subsaharianos cristianos demonizados por defenderse del terror del Islám. Como no es el caso, somos muy pocos los que condenamos el suplicio al que han sometido sus vecinos a Sudán del Sur. No hay pobres niños gazaties en las noticias asesinados por crueles sionistas, así que, ¿a quién le importa?
Da la impresión de que la pérfida Albión, cosa que el General Monzón dice con un mohín muy gracioso cuando sale en la televisión, salió huyendo de sus protectorados y colonias y dijo: "Ahí sus quedáis". Basta ver, además de este conflicto, el de Israel y Palestina, y cómo en cierto modo se lavan las manos.
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