miércoles, 6 de agosto de 2014

Gaza y los tontos útiles

La Operación Margen Protector ha originado un renovado debate sobre el largo conflicto palestino-israelí. Y de forma similar a la punta de un iceberg, por debajo de un mínimo y razonado debate subsiste la apasionada verborrea de una muchedumbre apesebrada por la mass media. Un debate que siempre tiene un claro perdedor: el Estado de Israel, al que una parte de la izquierda occidental tacha de genocida, de asesino, de colonizador, de robar tierras, de violador de derechos fundamentales y de la muerte de Chanquete de forma sistemática. A estas alturas del siglo XXI resulta revulsivo, por no decir asqueroso y lamentable, que la izquierda -europea en general y española en particular- utilice las redes sociales para propagar y difundir mensajes, fotomontajes y videos que equiparan al Estado de Israel con la Alemania nazi. En ese "profundo" y "somero" análisis tenemos a políticos de IU y Podemos que no dudan en utilizar las leyes de propaganda de Goebbels para vulgarizar el conflicto y apesebrar el cerebro de su fiel y displicente rebaño, siempre dispuesto a compartir sus cuitas en Facebook o Twitter con los medios fabricados en el Occidente neoliberal y comeniños. Paradojas de la vida.

Y es que resulta fácil entender su mentalidad cuando los medios de comunicación, desde cadenas de televisión hasta agencias de prensa, abren las noticias con el número de civiles muertos en el conflicto. Recuerden que, irónicamente, Israel es el único Estado combatiente que mata civiles, y que en ninguna otra guerra se da esta circunstancia, por lo que los reporteros, las agencias y las televisiones hacen especial hincapié en los civiles. Nunca se dio tan desagradable circunstancia y tampoco nadie se para a pensar en el por qué de una cifra elevada: no hay espíritu de raciocinio en Occidente para pensar que Israel lanza contraofensivas a zonas desde las que Hamás ataca a Israel. Además, para más inri, los medios se "olvidan" de mencionar estos ataques. Y a partir de aquí, la rueda de molino mueve el agua del rencor y del odio contra Israel y se hace creer que las muertes son una deliberada estrategia genocida para colonizar más espacio vital y destruir al pueblo palestino, creando un batiburrillo mental en el que los panfletarios establecen nuevos paralelismos con el nacionalsocialismo alemán que repiten ad nauseam.

Pero, ¿qué puede hacer Israel cuando nadie en Oriente próximo garantiza su supervivencia? ¿Qué puede hacer cuando ningún país vecino lo reconoce como Estado? ¿Qué puede hacer cuando la franja de Gaza no la controla la ANP, sino un grupo radical, Hamás, reconocido como organización terrorista a nivel internacional, que tiene como único propósito aniquilar a los judíos? La yihad que encabeza Hamás, con un uso indiscriminado de la población civil, llama a exterminar un pueblo que es la punta de lanza de Occidente, del paradigma que contraria una mentalidad radical sobre los valores del islamismo. Y es que, ¿cómo puede aceptar Hamás, o sus equivalentes en otros países de Oriente, la igualdad de hombres y mujeres, la separación entre Iglesia y Estado, la igualdad de todos ante la Justicia sin distinción de origen, raza o sexo, cuando Alá dictó una Ley inquebrantable que debe ser suprema?

Para ello, a sabiendas de que le resulta imposible ganar en el campo de batalla, la organización promueve una guerra propagandística con imágenes de su propio pueblo, mártir frente a las bombas del enemigo. Una guerra que da sus frutos cuando un sector de la población en Occidente criminaliza al pueblo de Israel olvidando la situación sociopolítica que vive Gaza, con una población civil que sufre una teocracia radicalizada solo comparable a la República Islámica de Irán. El sueño de todo occidental, vamos. Porque en el fondo, a los tontos útiles de Occidente les importa un rábano los niños o las mujeres gazaríes, igual que tampoco mueven un dedo por los muertos de Hezbollah en la Guerra del Líbano, por los civiles fallecidos en Siria o por la futura e inmediata ablación de miles de mujeres en el nuevo Estado Islámico de Iraq y Siria: las víctimas solo son importantes si son aplastados por bombas del enemigo sionista, con el fin de sacar un rédito político en el país de turno. Otros, por el contrario, sí lamentamos profundamente sus muertes al mismo tiempo que no silenciamos a propósito a las víctimas de otros conflictos de menor interés mediático o político para la progresía occidental como la persecución y asesinato de cristianos en Mosul.

Y mientras sobre Occidente llueve la propaganda de la mass media, la misma que luego critican por servir a los intereses gubernamentales del Partido Popular, los tontos útiles llaman a la movilización contra el Estado criminal y genocida de Israel y enarbolan la bandera de Palestina, quizás sin saber siquiera qué era el Mandato Británico de Palestina, qué significa el sionismo o sin haber leído la Resolución 181 de la ONU. Les da igual. Piltrafas los unos, equivocados los otros, pero siempre liderados por el sátrapa de turno con ínfulas de llegar al poder, juegan al juego del progresismo yé-yé y del multiculturalismo sin entender que nosotros, Occidente, somos el siguiente paso en el conflicto palestino-israelí. Que Hamás, al igual que Hezbollah, el ISIS y otros grupos armados yihadistas, no solo encabeza una guerra de índole religiosa contra el "insidioso" judío, sino también una guerra ideológica y política contra los valores de Occidente que comienzan en la Democracia liberal de Israel; en la igualdad entre hombres y mujeres; en la igualdad de todos los ciudadanos ante la Ley sin distinción de sexo, raza o ideología; en la separación entre Iglesia y Estado.

De eso parecen no darse cuenta -o no quieren- los tontos útiles al servicio de la izquierda radical, que propaga abiertamente el antioccidentalismo y el antisemitismo en el seno de Occidente. Ellos, sumados al limitado pero vociferante antisemitismo pseudocientífico del siglo XIX con arraigo en un sector radical de la ultraderecha europea, son la paradoja de un continente a la deriva que no entiende cómo los judíos siguen empecinados en vivir como hombres libres en lugar de arrodillarse y optar por el sacrificio y la desaparición, recreando imágenes de Auschwitz y Mauthausen y que ahora añoran o incluso desean. Son ellos, con la parte de la sociedad muda y servil, la que ve con buenos ojos los disturbios en barrios marginales de Francia, cuna de la Europa actual, porque representan la lucha contra el sistema, contra el establishment, contra una Unión Europea que no les representa, porque les queda pequeña la Democracia y prefieren el servilismo al pensamiento crítico y razonado. Europa ya está en el cénit de su autodestrucción, lo suficientemente inmersa en una anodina burocratización y en lo políticamente correcto contra sus enemigos, internos y externos, como para darse cuenta de lo que viene por el Este. Israel sí.

3 comentarios:

  1. Maravilloso, si no me pillase tan a desmano, te daba un abrazo y un par de besos.

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  2. "una muchedumbre apesebrada por la mass media".
    Creo que eso lo define todo. Da qué pensar que aquellos que ante la sociedad se hacen llamar progres suelten por sus boquitas semejantes lindezas. Tontos útiles es lo que son, y cada día habrá más.
    Un 10 a tu reflexión ;)

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