miércoles, 3 de febrero de 2016

El pandemónium español

Pedro Sánchez tiene la pelota de formar Gobierno sobre su tejado. Y en el intento por acelerar los trámites, Partido Popular y Podemos le piden quince días de penitencia antes de subir al patíbulo. Quince días en los que, es de suponer, los de Iglesias pondrán lo imposible encima de la mesa para que Sánchez sude la gota gorda antes de aceptar y rendir pleitesía a la formación morada.

De todos modos, quien piensa que la negociación se reduce al binomio Sánchez-Iglesias, con el apéndice de Alberto Garzón, está equivocado. En una de las hipótesis, Sánchez no solo necesita el beneplácito de Iglesias para ser Presidente de Gobierno, sino el voto a favor o la abstención de formaciones independentistas como Esquerra y la extinta Convergencia Democrática, con quienes la única negociación posible pasa por aceptar la autodeterminación de Cataluña, lo cual no es tema baladí porque supone la ruptura 'de facto' del orden constitucional actual. ¿Sería Sánchez capaz de convertir al PSOE en un partido capaz de romper los esquemas de la Transición con total de acceder a la poltrona?

Pedro Sánchez tiene un largo y tortuoso camino para ser Presidente de España, teniendo en cuenta que en su propio partido los barones afilan cuchillos y hacen nudos de soga. Podemos, como viene siendo habitual, sigue con su discurso pachanguero mientras mantiene la vista en unas futuras elecciones donde dé el 'sorpasso' al Partido Socialita y se convierta en oposición con opción de Gobierno. Al fin y a la postre, como dijo Íñigo Errejón: "Nuestra tarea es repetir a Lenin".

Ahora bien, siempre queda una opción viable: que Mariano Rajoy, como líder del Partido Popular, se haga el harakiri y se abstenga para favorecer una hipotética alianza entre PSOE y Ciudadanos, evitando la entrada de Podemos en un hipotético Gobierno. Es una de tantas hipótesis, pero beneficiaría un acuerdo con una fuerza constitucionalista como Ciudadanos en detrimento de otro acuerdo con una fuerza rupturista como Podemos. O lo que viene siendo permanecer en Guatemala en lugar de meterse en Guatepeor. Eso, teniendo presente que no sería necesario el chantaje de las formaciones independentistas en los acuerdos de Gobierno. ¿Sería el PP capaz de hacer semejante sacrificio, aun habiendo ganado las elecciones, en beneficio de ese acuerdo para alejar del Gobierno a Podemos y a los partidos independentistas? Dejamos la pregunta en el aire.

Pase lo que pase, el pandemónium está en marcha. Os diríamos que os sentéis con un bol de palomitas para disfrutar del espectáculo si no fuera porque en ello nos va nuestro futuro como sociedad y como Nación.

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